Desinfección de nuestra silla salvaescaleras

Hoy, debido a toda la situación que estamos viviendo actualmente, desinfectar nuestra silla o plataforma salvaescaleras con la mayor frecuencia posible es vital para poder evitar contagios.

En el caso de un uso privado de este tipo de sistemas podemos realizar este proceso cuando nosotros veamos conveniente pero, en el caso de las comunidades de vecinos (donde son mucho más frecuentes las plataformas elevadoras) debemos realizar esto cada vez que vayamos a utilizar el aparato.

Lo primero que aconsejamos es desinfectar nuestras manos en el momento de volver de la calle ya que cabe la posibilidad de traspasar aquellos gérmenes que tenemos en nuestras manos al aparato.

Debemos poner atención a la limpieza del asiento y el respaldo , ya que estas son las partes que más contacto tiene con el cuerpo. En ellos pueden proliferar miles de bacterias que acaben derivando en múltiples infecciones o enfermedades.
Nosotros recomendamos pulverizar la totalidad del mismo con un desinfectante específico para superficies, dejarlo actuar un par de minutos y aclararlo con un paño dedicado únicamente para ese uso.

También debemos desinfectar aquellas partes del aparato que hayan estado en contacto con nosotros en algún momento del proceso tales como mandos, barandillas o reposabrazos.

Estas son algunas de las cosas que podemos hacer para ayudar a frenar la propagación del COVID-19 dentro de nuestra sociedad, al mismo tiempo que nos protegemos a nosotros mismos.

¿Necesitas ayuda para subir escaleras? Ventajas de un salvaescaleras

Con el paso del tiempo, algunas zonas de nuestra casa como las escaleras pueden suponernos una dificultad a la hora de acceder o desplazarnos dentro de nuestro propio hogar. 

En múltiples casos subir y bajar unas escaleras puede ser un peligro para aquellas personas de avanzada edad que, a pesar de poder caminar correctamente, esto se les presenta cómo una dificultad, llegando a ser arriesgado para su integridad física. Una solución para este tipo de conflictos son las sillas salvaescaleras, un aparato que ha sufrido un aumento en su demanda en estos últimos años debido a los múltiples beneficios que proporcionan al usuario.

Hoy venimos a contaros un poco más de las ventajas que tiene la implantación de este tipo de instalaciones en nuestro domicilio:

En primer lugar debemos hablar de lo fácil y sencillo que es su utilización, la cual permite la autonomía y el libre movimiento del usuario dentro de su hogar. La autonomía que este tipo de sillas dan al usuario supone una ayuda para que poco a poco la persona sienta menos esa pérdida de independencia derivada de la falta de movilidad, ayudando a liberarlos de la presión por la necesidad de constante atención de familiares y amigos.

Este tipo de instalaciones cuentan con múltiples usos, ya que no sólo están destinadas a personas con movilidad reducida o con dificultades motoras, sino que también son ideales en caso de lesiones o recuperaciones donde no podemos movernos con total normalidad.

¿Puedo usarla como medio de transporte para objetos?

Las sillas salvaescaleras también nos permiten transportar algunos enseres de gran peso como equipajes o algún otro objeto con seguridad, aunque no estén diseñadas para eso específicamente. Eso sí, siempre sin sobrepasar el límite de peso máximo del mismo. Esto ayuda a mejorar la vida de la persona aunque no cuente con movilidad reducida, ya que acciones cómo subir un objeto muy pesado por las escaleras puede aumentar el riesgo de caídas.

¿Qué espacio necesito para montar un salvaescaleras en mi casa?

Otra ventaja con la que cuentan estas instalaciones es que tienen una mayor adaptabilidad que los ascensores, ya que suponen un mayor aprovechamiento del espacio. Sus asientos son plegables permitiéndonos ahorrar espacio, y su amplia gama permite su instalación en cualquier escalera: curva, con giros, con descansillos, etc.

Por último, cabe destacar que este tipo de aparatos cuentan con un sistema de baterías que les permiten seguir funcionando aunque haya un apagón de electricidad. De esta forma la persona nunca se quedará atascada en medio del tramo de escaleras y podrá seguir moviéndose.

Después de todas las ventajas que hemos visto podemos aseguraros que una silla salvaescaleras puede mejorar el día a día de una persona con dificultades de movimiento ya que… ¡ES MÁS FÁCIL QUE ANDAR!

Escaleras accesibles

Una de las principales barreras de las personas con problemas de movilidad a la hora de acceder a algún espacio son las escaleras.

Hablar de escaleras accesibles puede parecer contradictorio ya que, por definición, una escalera no se considera una construcción accesible en sí misma, sino cuando además se le implementa algún tipo de construcción auxiliar.

A pesar de que no son una barrera arquitectónica en sí, y que por ley debe haber una rampa o un acceso alternativo, la construcción de las mismas sigue estando presente en todo tipo de espacios, tanto de uso público cómo de uso privado.

Estos requisitos mínimos son:

  1. Debe disponer de una anchura libre del tramo superior a 1,20 metros, a excepción de los edificios de viviendas donde debe ser mayor o igual a 1 metro.
  2. Los peldaños deben de tener la misma altura y anchura.
  3. Los pavimentos de las misma no deben producir destellos ni deslumbramientos, al mismo tiempo que deben ser antideslizantes tanto en suelos mojados cómo secos.
  4. Deben contar con pasamanos y barandillas.
  5. La inclinación de los peldaños debe ser menor o igual a 15º y deber disponer de tabica, una tablilla que recubre el hueco entre peldaño y peldaño uniendolos.

Estas son algunas de las cosas que tenemos que tener en cuenta a la hora de crear espacios accesibles para todos.

Turismo inclusivo, el turismo de la igualdad

Según la red española de turismo accesible, actualmente en el mundo existen más de 500 millones de personas que cuentan con alguna discapacidad intelectual, física o sensorial.


El Código Ético Mundial para el Turismo creado por la Organización Mundial del Turismo define, en uno de sus artículos, que todos los habitantes de este planeta tenemos nuestro derecho para disfrutar del turismo y que no se nos lo pondrá impedir mediante ningún concepto.

Esto es algo que no se cumple ya que, actualmente 6 de cada 10 de estas personas que presentan algún tipo de dependencia rechazan viajar debido a la falta de instalaciones y servicios accesibles.
Esto supone un problema, ya que supone un porcentaje de la población no invierte en el turismo (tanto a nivel nacional cómo extranjero), a pesar de que la gran mayoría sí que cuenta con los suficientes medios económicos para poder hacerlo.

El objetivo principal es fomentar un turismo accesible, inclusivo y para todos es conseguir que todos contemos con igualdad de oportunidades ya que, todos tenemos debemos poder acceder a las mismas oportunidades sin dejar a nadie fuera. Con esta iniciativa se busca adecuar los entornos y servicios turísticos de manera que su acceso, uso y disfrute sea accesible para todas las personas de una forma segura, cómoda y autónoma.

Algo a tener en cuenta es que, esta adaptación trae beneficios a todas las personas, no sólo a aquellas con problemas de movilidad debido a que, en algún momento de nuestra vida, vamos a estar en esa situación en cierta medida bien sea por un embarazo, por problemas derivados de la edad, problemas derivados de alguna enfermedad o lesión transitoria… Por lo que esta adaptación supone beneficios para todos los sectores de la población además de añadir valor a nuestra oferta turística.

Todo esto podemos conseguirlo mediante una serie de medidas que ayuden a crear espacios más accesibles para todos. En primer lugar debemos informarnos e informar a los demás de las distintas discapacidades que existen; en relación al transporte debemos responder a las necesidades de personas con capacidades restringidas, al igual que en entornos urbanos donde debemos adaptar los espacios exteriores e interiores a las distintas necesidades tales cómo rampas, ascensores… Además, debemos adaptar también las actividades de tipo cultural y de ocio para conseguir incluir a todos los sectores de la población para conseguir el buen desenvolvimiento personal dentro de ese sitio.

¿Qué os parecen este tipo de iniciativas que se están empezando a implantar en nuestra sociedad?

¿Quién inventó el salvaescaleras?

El salvaescaleras tiene una historia detrás que merece ser contada. Cada vez sois más los que conocéis la existencia de estas soluciones para superar las barreras que muchas personas tienen que sufrir en su día a día, pero no es tan habitual saber de dónde vienen. Por eso, en esta entrada de blog, os vamos a hablar de quién inventó el salvaescaleras, por qué lo hizo y cómo, poco a poco, se convirtió en la magnifica solución que es hoy.

Entonces, ¿quién inventó el salvaescaleras?

Vamos con la miga de todo esto. Cuenta la historia que la primera silla elevadora que vio el hombre la inventó Enrique VIII, el archiconocido rey de Inglaterra, allá por el siglo XV. Durante toda su vida, el monarca había sido un gran deportista, acudiendo a competiciones y estando muy bien considerado a nivel atlético en su entorno. Sin embargo, su situación física cambio completamente durante un torneo. Enrique VIII se lesionó de gravedad en una de sus piernas y tuvo que abandonar la práctica deportiva. Con esa vida sedentaria a la que se veía forzada, el rey empezó a experimentar cambios físicos, y uno de ellos fue el aumento de peso.

Los años fueron pasando y, mientras tanto, el peso de Enrique VIII también fue aumentando. Cada vez más, hasta que transportarlo se convirtió en una tarea imposible para su corte, sin la fuerza suficiente para cargar con tanto peso. En un entorno de grandes escalinatas como las que hay en los palacios británicos, el monarca se veía obligado a encontrar alguna solución para superar las barreras arquitectónicas que le impedían hacer vida normal. Y aquí surgió la idea del primer salvaescaleras.

La corte del rey pensó en la mejor solución para llevar a su majestad entre los pisos del palacio y dio con un sistema de poleas, accionado entre varias personas, que permitía elevar la silla y así ponía fin a los quebraderos de cabeza de Enrique. Se puede decir que su fue quien inventó el salvaescaleras, al menos el primer prototipo.

¿Y qué hay del salvaescaleras tal como lo conocemos hoy?

Entre la historia de Enrique VIII y la creación del salvaescaleras moderno tuvimos que esperar un ratito. Algo como cuatro siglos. Nos lo trajo un trabajador de un concesionario de coches, C.C. Crispen. Las circunstancias particulares fueron las que motivaron a este hombre a crear el primer salvaescaleras eléctrico.

Su vecino se encontraba postrado a una cama en una casa a la que solo se podía acceder mediante escaleras, lo que dificultaba y mucho la movilidad en su vida diaria. Crispen quería ayudarle y, de esta manera, creó el Inclin-ator, el primer salvaescaleras. Enseguida se empezó a comercializar, con un formato que pretendía representar un ascensor en pendiente de escaleras.

Y de este primer prototipo llegó lo que hoy ya conocemos. Innovaciones, mejoras estéticas y funcionales, capacidades de carga cada vez mayores y una evolución que todavía no se detiene. El salvaescaleras tiene muy buena salud y lo mejor está por llegar, pero la primera piedra la pusieron un monarca y un vendedor de coches. Irónico, ¿verdad? Y es que la movilidad no entiende de clases.

¿Puedo instalar un salvaescaleras en mi edificio?

Cuando contamos con una persona de avanzada edad o con movilidad reducida dentro de nuestro entorno, el uso de sistemas salvaescaleras es vital para facilitar en la medida de lo posible sus desplazamientos.

Se permite la instalación de este tipo de sistemas en comunidades de vecinos debido a dos normativas:

En primer lugar, la Ley de propiedad horizontal que rige las comunidades de vecinos determina que, sí en una vivienda cohabita una persona mayor de 70 años o que presenta algún tipo de discapacidad (reconocida), puede reclamar que los elementos de uso común se adapten a su situación para que asi puedan ser accesibles para todos los usuarios.

Los costes de dicha obra serán asumidos por todos los propietarios del inmueble si el importe no supera las 12 mensualidades de las cuotas de la comunidad.
En el caso de que el coste sea superior, deberá realizarse la obra necesaria que equivalga al importe total de 12 meses de cuotas de comunidad, y el resto del importe será asumido por la persona interesada.

En segundo lugar, está la normativa sobre plataformas elevadoras donde se define que, en edificios de obra nueva ( o posterior al 12 de septiembre de 2010), deben existir elementos que faciliten la accesibilidad para todos las personas mediante rampas o ascensores.

En edificios con construcción en fechas anteriores a las mencionadas, deben adaptarse de manera progresiva a las condiciones de accesibilidad teniendo en cuenta los principios de ajustes de proporcionalidad. La instalación de plataformas elevadoras se sopesará en el caso de que sea inviable colocar un ascensor o rampa.

Este tipo de instalaciones deben de estudiarse antes de su instalación según los medios de los que dispongamos, eligiendo la opción que mejor se adapte a nuestra situación. Cómo ultima opcion, en el caso de no contar con el espacio óptimo para realizar ninguna opción de las anteriores, podemos plantearnos otras soluciones cómo nuestro producto Nexo-MSP, un montasillas portátil, ligero y fácil de montar, que puede suponer una solución para nuestra situación.

¡No dudes en consultarnos ante cualquier duda!