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¿Quién inventó el salvaescaleras?

El salvaescaleras tiene una historia detrás que merece ser contada. Cada vez sois más los que conocéis la existencia de estas soluciones para superar las barreras que muchas personas tienen que sufrir en su día a día, pero no es tan habitual saber de dónde vienen. Por eso, en esta entrada de blog, os vamos a hablar de quién inventó el salvaescaleras, por qué lo hizo y cómo, poco a poco, se convirtió en la magnifica solución que es hoy.

Entonces, ¿quién inventó el salvaescaleras?

Vamos con la miga de todo esto. Cuenta la historia que la primera silla elevadora que vio el hombre la inventó Enrique VIII, el archiconocido rey de Inglaterra, allá por el siglo XV. Durante toda su vida, el monarca había sido un gran deportista, acudiendo a competiciones y estando muy bien considerado a nivel atlético en su entorno. Sin embargo, su situación física cambio completamente durante un torneo. Enrique VIII se lesionó de gravedad en una de sus piernas y tuvo que abandonar la práctica deportiva. Con esa vida sedentaria a la que se veía forzada, el rey empezó a experimentar cambios físicos, y uno de ellos fue el aumento de peso.

Los años fueron pasando y, mientras tanto, el peso de Enrique VIII también fue aumentando. Cada vez más, hasta que transportarlo se convirtió en una tarea imposible para su corte, sin la fuerza suficiente para cargar con tanto peso. En un entorno de grandes escalinatas como las que hay en los palacios británicos, el monarca se veía obligado a encontrar alguna solución para superar las barreras arquitectónicas que le impedían hacer vida normal. Y aquí surgió la idea del primer salvaescaleras.

La corte del rey pensó en la mejor solución para llevar a su majestad entre los pisos del palacio y dio con un sistema de poleas, accionado entre varias personas, que permitía elevar la silla y así ponía fin a los quebraderos de cabeza de Enrique. Se puede decir que su fue quien inventó el salvaescaleras, al menos el primer prototipo.

¿Y qué hay del salvaescaleras tal como lo conocemos hoy?

Entre la historia de Enrique VIII y la creación del salvaescaleras moderno tuvimos que esperar un ratito. Algo como cuatro siglos. Nos lo trajo un trabajador de un concesionario de coches, C.C. Crispen. Las circunstancias particulares fueron las que motivaron a este hombre a crear el primer salvaescaleras eléctrico.

Su vecino se encontraba postrado a una cama en una casa a la que solo se podía acceder mediante escaleras, lo que dificultaba y mucho la movilidad en su vida diaria. Crispen quería ayudarle y, de esta manera, creó el Inclin-ator, el primer salvaescaleras. Enseguida se empezó a comercializar, con un formato que pretendía representar un ascensor en pendiente de escaleras.

Y de este primer prototipo llegó lo que hoy ya conocemos. Innovaciones, mejoras estéticas y funcionales, capacidades de carga cada vez mayores y una evolución que todavía no se detiene. El salvaescaleras tiene muy buena salud y lo mejor está por llegar, pero la primera piedra la pusieron un monarca y un vendedor de coches. Irónico, ¿verdad? Y es que la movilidad no entiende de clases.

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