Una de las principales barreras de las personas con problemas de movilidad a la hora de acceder a algún espacio son las escaleras.
Hablar de escaleras accesibles puede parecer contradictorio ya que, por definición, una escalera no se considera una construcción accesible en sí misma, sino cuando además se le implementa algún tipo de construcción auxiliar.
A pesar de que no son una barrera arquitectónica en sí, y que por ley debe haber una rampa o un acceso alternativo, la construcción de las mismas sigue estando presente en todo tipo de espacios, tanto de uso público cómo de uso privado.
Estos requisitos mínimos son:
- Debe disponer de una anchura libre del tramo superior a 1,20 metros, a excepción de los edificios de viviendas donde debe ser mayor o igual a 1 metro.
- Los peldaños deben de tener la misma altura y anchura.
- Los pavimentos de las misma no deben producir destellos ni deslumbramientos, al mismo tiempo que deben ser antideslizantes tanto en suelos mojados cómo secos.
- Deben contar con pasamanos y barandillas.
- La inclinación de los peldaños debe ser menor o igual a 15º y deber disponer de tabica, una tablilla que recubre el hueco entre peldaño y peldaño uniendolos.
Estas son algunas de las cosas que tenemos que tener en cuenta a la hora de crear espacios accesibles para todos.